lunes, 31 de marzo de 2014

Memories

Hoy nos tocó ir a la veterinaria, porque desde que volví de las vacaciones que Gala no deja de rascarse. Pensaba que le había vuelto la sarna o algo así, pero al final resultó ser alergia, por suerte para ella.

Antes que yo había otro paciente, que estuvo 1 hora 45 minutos adentro. Obviamente al principio me la pasé puteando, porque siempre me pasa lo mismo, es cuestión de ir y tener a alguien adelante que tarda horas. Pero cuando empecé a prestar atención y a escuchar el diagnóstico de la veterinaria, me dio muchísima pena.

La perrita al parecer tenía un tumor maligno en el abdomen, bastante complicado, y la doctora les comentaba que si bien se podía optar por una cirugía, eso no garantizaba ni que ella sobreviviera la misma, ni que viviera una vida normal a partir de ese entonces. La sobrevida luego de la cirugía era bastante corta.

Creo que fue una mezcla de mal día con el estar ahí esperando, pero todo esto derivó en que recordara cuando Atena, mi vieja perrita que murió en el 2011 tras sufrir cáncer de mama, tuvo esa misma interconsulta donde me hablaban de cirugías, cáncer, quimios y sobrevida.  Es una situación bastante fulera cuando te dicen que tu amigo de cuatro patas tiene la vida contada. Una cosa es ya saber de antemano que cualquiera de nuestras mascotas posiblemente no viva más de 15 años. Pero otra es que de pronto te tiren que puede llegar a vivir unos 5 meses.

Mientras escuchaba, recordé cuando ella a mí me dijo que la sobrevida de la mía era de 5 meses. Atena vivió 10 meses luego de la cirugía. A algunos les parecerá algo bueno, pero la realidad es que no fueron 10 meses decentes. Caminaba poco, se cansaba, por las noches dormía mal.
Ver el deterioro de una mascota, para los que la sentimos como parte de nuestra familia, es un momento muy triste.

Espero que esta perrita mejore, y si no, que tenga unos últimos momentos de vida rodeada de todo el cariño del universo. Cuando salieron de la consulta, una de las chicas la abrazó muy muy fuerte, y pude recordar ese mismo abrazo que yo le di a la mía cuando me dijeron que tenía el tiempo contado. Nunca te voy a olvidar, hermana peluda.




"You still live in me. I feel you in the wind, you guide me constantly"

miércoles, 19 de marzo de 2014

Lucky Strike

Cuando era chica, en un momento dejé de pelear en la batalla contra la obesidad. Empecé a acostumbrarme, tanto a mis propios límites físicos como a la reacción del resto de las personas. Era cómodo, todo se resumía en un "y bueno, si no se puede cambiar". Así seguía comiendo, seguía alimentando esa obesa que la gente señalaba y rechazaba. Nada hacía por cambiar, me había dado por vencida. En mi cabeza, ese estado en el que yo estaba, era el único estado en el que podía estar, y lo acepté.

Acostumbrarse a sentirse mal es una cosa muy fea, y por eso hoy cargo con algunas mochilas todavía, que me está costando sacarme. Pero no está bien, nadie tiene que dejar de querer mejorar, más que nada para uno mismo, porque después todo se termina yendo al diablo.

Un día me cansé de eso y empecé a hacer ejercicio y a comer bien. Hoy la batalla contra la obesidad la gané, queda algo de sobrepeso, pero ya sé bien que cuando quiero puedo seguir mejorando y que mi grasa no me controla ni me va a volver a controlar. Pero me está costando ganarle la guerra al cigarrillo.

Una de cal, y una de arena.

Empecé a fumar a los 14 años, dejé a los 22. Estuve tres años sin fumar, volví, dejé, volví, dejé. Ahora, en las vacaciones me fumé lo que no fumo ni en dos meses, y estoy viendo las consecuencias de eso a la hora de correr. Me subo a la cinta y a los 5 minutos ya siento que los pulmones se me están por morir. Y es todo culpa mía, yo dejé que el cigarrillo me controlase, como en su momento lo hizo la desesperación por seguir comiendo.

Hoy llevo 11 días sin fumar, y escribir esto me sirve de recordatorio y de lección auto impuesta. Quiero seguir corriendo, quiero fortalecer mis músculos y si voy de la mano con el tabaco no puedo hacerlo. ¿Qué prefiero? ¿Poder tener las piernas fuertes y los pulmones a tono, o seguir con lo de siempre y darle una excusa más a la vida para echarme una enfermedad por la cabeza?

Aquella vez pude decirle basta a la obesa que tenía adentro, que se conformaba con comer y con sentirse menospreciada por la gente, porque sentía que eso era normal. Hoy le empiezo a decir basta a la que piensa que con el cigarrillo se va a ir algún problema, la que se quiere auto convencer de que fumando un pucho de vez en cuando encuentra la paz que necesita, en lugar de buscar soluciones de otra manera.

Basta, basta de cigarrillo de una buena vez. No quiero volver a poner en cero el contador.

martes, 4 de marzo de 2014

Literario

Hace un tiempito fui a la librería y me puse a mirar en la parte de "adolescentes", qué libros nuevos de aventura había. La mayoría de las cosas que se ven en ese sector son de vampiros, vampiros y más vampiros. Y amor. Tapas con negro y rojo. En fin, como que después de la saga de Twilight hay un abuso de esa clase de historias. Pero como que siempre le doy una oportunidad, porque en una de esas puede aparecer algo que me sorprenda.
Cuestión que me topé con estos libritos, y me pareció interesante la descripción de la trama. Por las dudas, igual, compré sólo el primero. No pasaron muchos días cuando fui corriendo a comprar los otros dos de la trilogía.

El primero, Poison, nos introduce en la historia del personaje principal, una chica llamada Yelena que está presa tras haber cometido un asesinato. Al principio no sabemos mucho acerca de eso, sólo sabemos que mató al hijo de un militar importante, y que tiene un pasado medio oscuro en el que sólo sabemos eso. Aparentemente también posee algún tipo de magia, que ella misma desconoce. En un momento, el Comandante que gobierna Ixia se queda sin catador de comida, y le ofrecen el puesto a ella. La elección no le deja lugar a dudas, es mucho mejor estar probando alimentos en búsqueda de venenos que pudrirse en la cárcel esperando su muerte.
Yelena aprenderá su oficio de la mano de Valek, asesino de magos, quien es la mano derecha del Comandante. Pero algo más se esconde, algo que viene de su pasado y que se irá develando con el correr de las páginas.
En el segundo, Magic, Yelena ya al tanto de sus poderes, decide perfeccionarlos. Y en el último, Fire, un enemigo muy poderoso aparecerá y amenazará con corromperlo todo.
Amores, amistades, traiciones, sorpresas, muerte, magia, secretos. Estos tres libros tienen todo esto, y algo muy importante: una gran historia, bien relatada, que atrapa desde las primeras páginas.

La historia de amor que irá creciendo a través del relato no es densa, ni hay ningún triángulo amoroso molesto ni ninguna cosa extraña. Acá dos personajes se van a enamorar, van a ser sinceros el uno con el otro, y van a poner su amor a prueba más de una vez. Por eso me gusta, porque no hay cosas raras. No hay dudas, vueltas, ni ningún tercero en discordia. En ese aspecto me gusta, venía necesitando un amor simple, directo.

Leyendo en internet vi que esta muchacha luego escribió otros libros, algunos basándose en personajes de esta trilogía. La verdad, con lo que disfruté estos, seguramente estaré buscando pronto los demás.

¿Te gusta la fantasía? ¿La magia? ¿Los hechiceros? Esta trilogía es para vos. ¡Muy recomendable!